lunes, 17 de septiembre de 2012

Honrado como su padre.




Quien cada día observe a Gregorio Guerra Delgado barriendo las calles de San Juan y Martínez no puede imaginarse cuanta entereza hay en este hombre que por su físico delgado y descolorido recuerda algunos personajes trágicos cómicos de novelas.

El vive solo con su hermana enferma en uno de los apartamentos más altos del edificio 9 plantas del municipio sanjuanero, desde su balcón dice que observa cada tarde las calles del poblado en las que sobre su pavimento ha dejado el sudor de toda su vida.

Mí querido Gollito como lo conozco desde la infancia tocó un día a la puerta de mi casa y puso en mis manos una cartera de mujer con 400 cuc en su interior para que lo diera a conocer por radio y viniera su dueña a recogerlo.

Tomé en mis manos la cartera y confieso que estuve mirando a los ojos de Gollito por varios minutos, me imaginé cuantas cosas hubiera resulto para él y su hermana con aquella cantidad de dinero que no había tenido durante toda su vida de trabajador de comunales.

En mis 22 años de ejercicio periodístico he devuelto muchísimas cosas a personas que se le extraviaron y los que la encontraron nos la entregaron para que se la hiciéramos llegar, pero esta era única, no por su valor si no  por la satisfacción de estar rindiendo un homenaje a la entereza de Gollito, que como bien dijo en esos momentos Pobre pero Honrado así me enseñó mi padre.

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